Justin Drew Bieber era apenas un crío cuando comenzó a grabar en vídeo sus canciones y a colgar esos vídeos en Youtube. Nacido en London, se crió en Stratford (ambas ciudades canadienses de la región de Ontario). Su madre había quedado embarazada a los 18 años y fue ella quien asumió en solitario su cuidado y educación. De hecho, fue ella quien colgó en Youtube el primer vídeo en el que Justin demostraba sus excepcionales cualidades como cantante: una actuación en un concurso escolar en la que a los 12 años logró el primer premio interpretando So sick del artista pop Ne-Yo. En 2008 un ejecutivo de markenting llamado Scooter Braun le descubrió a través de internet y decidió apostar por él. Se convirtió en su manager y le consiguió un contrato para grabar un disco con la mítica Island Records de Atlanta.
Su primer sencillo, One time, le aúpa a los primeros puestos de las listas de éxitos y ya con su primer disco, My World, se posiciona como todo un fenómeno global. Cambia su residencia canadiense por Atlanta y se lanza a una carrera de éxitos que hasta hoy no ha cesado. 2009 marca el inicio de su carrera discográfica y, anualmente, Justin presenta a sus fans un nuevo trabajo: My World 2.0 y My Wourld Acoustic en 2010,Under the Mistletoe en 2011 y Believe en 2012.
Su fama llega a tal extremo que en diciembre de 2009 interpreta en la Casa Blanca frente a Barack Obama y su esposa el villancico de Stevie Wonder Someday at Christmas. También hace sus pinitos como actor en el primer capítulo de la undécima temporada de CSI y en uno posterior donde, para desolación de sus fans, su personaje es asesinado.
Justin Biebers no puede entenderse sin sus millones de jovencísimos y jovencísimas fans: los/las beliebers, verdaderos creyentes de una religión cuyo profeta es, obviamente, el cantante canadiense. Naturalmente los/las beliebers no pierden detalle de cualquier suceso que protagonice Justin, incluidos sus devaneos sentimentales que, pese a su extrema juventud, son ya bastante abundantes.
Eso sí, hablar de la vida sentimental de Justin resulta algo complicado. Genera tantísima atención que se le atribuyen todo tipo de romances: se dijo que
Rihanna o
Miley Cyrus tuvieron algo con él. También se señaló a la cantante Ella Paige Roberts como
“nueva novia” de Bieber y se publicó que Justin mantuvo una relación sentimental con una espectacular camarera llamada Jordan Ozuna y se le fotografió junto a la modelo Ashley Moore.
Antes de todo eso tuvo una novia llamada Caitlin Beadles, ajena al mundo de la música. Una chica normal a la que el ascenso a la fama de Justin dejó atrás.
Pero su Gran Novia y romance fallido fue otra estrella juvenil:
Selena Gómez. La chica Disney y el joven cantante de éxito global comenzaron a salir en 2011, hecho que fue confirmado con unas fotografías de ambos en el Caribe. La relación continuó con altibajos (y también con la sospecha de algunos suspicaces sobre si no se trataría todo de un burdo truco publicitario) hasta 2013. Ese año ambos comunican oficialmente que vuelven a la soltería.
Ariana Grande es, supuestamente, una de su última conquistas. Como Selena cantante, actriz y estrella de la tele infantil. Pero es Ashley Moore, una belleza exótica que conoció a través de un rapero amigo, la que parece haberse ganado el corazoncito de Justin últimamente.
Justin Bieber es un personaje adorado por millones de personas pero que también genera animadversión y polémica. Tiende a dejarse ver, a fotografiarse, a colgar en twitter imágenes de su vida privada, le graban constantemente con teléfonos móviles y esas imágenes dan la vuelta al mundo. Con que le hemos podido ver estampándose contra una puerta de cristal, escupiendo a sus fans desde una azotea, peleándose conpaparazzis, orinando donde no debía o atropellando con su coce a un fotógrafo. El actor Mark Wahlberg le aconsejó, incluso, que dejase de fumar marihuana. La faceta de chico malo no es, desde luego, la conveniente para el tipo de música que hace y su discográfica lo sabe. Por ello, frente a esas imágenes de Justin descontrolado siempre hay otras mucho más amables. Sobre todo aquellas en las que el cantante se muestra encantador con sus fans, beliebers que, a millones, todavía le sostienen en lo alto del mundo de la música
